Las bebidas energéticas han inundado considerablemente
el mercado desde hace algunos años, adjudicando su gran éxito a los jóvenes
estudiantes y principalmente a los deportistas,
ya que según ellos incrementan su resistencia física, proveen de reacciones más
veloces, tienen una mayor concentración, aumentan el estado de alerta mental y
evitan el sueño.
Como ya mencionamos en artículos anteriores en el
presente blog los ingredientes principales de la mayoría de estas bebidas son:
cafeína, glucosa, taurina y glucuronolactona. Por consiguiente es pertinente mencionar
que estas bebidas han sido sujetas a diversos estudios clínicos, debido a los efectos
dañinos sobre la salud, asociados principalmente a su consumo excesivo y sobre
todo al poco conocimiento que se tiene respecto al metabolismo de algunos de
sus componentes.
Castellanos, Molina y Frazer mencionan que varios
estudios clínicos practicados a bebidas energéticas corroboraron que el consumo
de estas bebidas proporciona un aumento de la resistencia física, el
mantenimiento del estado de vigilia y del estado de ánimo. Las afirmaciones
acerca de las mejoras en el desempeño físico que se asocian a estas bebidas,
son avaladas por estudios en los que se comprobó que la ingestión de bebidas
energéticas incrementa significativamente el consumo de oxígeno, la ventilación
pulmonar por minuto, el intercambio respiratorio, la frecuencia cardíaca en
reposo y durante el ejercicio. Otros estudios revelaron mejoras en la precisión
de las tareas de procesamiento visual, disminución de la fatiga mental,
aminoramiento del déficit en el desempeño cognitivo y de la fatiga subjetiva
durante periodos prolongados de demanda cognitiva. Sin embargo, en unos más donde se utilizaron los
potenciales motores evocados, los cuales fueron grabados través de
electromiografía y fueron producidos en respuesta a estimulación magnética
transcraneal en la corteza motora como índice de excitabilidad corticoespinal. En
los resultados desprendidos de estos estudios se encontró que luego de haber ingerido una
bebida energética los niveles de glucosa, ansiedad, ritmo cardiaco y ciertas
áreas de potenciales motores evocados alcanzaron sus niveles picos y se
mantuvieron durante 90 min. Lo que explica los efectos negativos de las bebidas
energéticas a la salud en es pecinal en un sentido cardiovascular y cerebral. Según un estudio clínico poblacional
publicado en la revista Clinical Pediatric Emergency Medicine en marzo del
2008, se reportado casos de infarto al corazón debido
al consumo excesivo de cafeína.
Gracias a diversos estudios clínicos como los mencionados anteriormente se
sabe que las bebidas energéticas pueden ser
tanto buenas como malas para la salud de un individuo dependiendo de su estado
actual de salud y rutina diaria, indicando así que el consumo de este tipo de bebidas debe ser moderado
y únicamente empleado en casos necesarios.
Referencias
Castellanos
R., Molina R,. Frazer G.(2006). Efectos fisiológicos
de las bebidas energizantes. Rev.
Fac. Cienc. Méd. 2(1). 13-18
Clinical
Pediatric Emergency Medicine (2008). Energy Drinks: The New Eye-Opener For
Adolescents. Clinical Pediatric Emergency
Medicine. 6(2). 24-27
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