Los dos hechos demostrados que más contribuyen al
desarrollo de fatiga durante el ejercicio físico son la disminución de los
hidratos de carbono almacenados en forma de glucógeno en el organismo y la aparición
de deshidratación por la pérdida por el sudor de agua y electrolitos.
Debido
a que el líquido que se pierde del medio interno se elimina en forma de sudor,
su composición es clave para determinar las cantidades de solutos que hay que
reponer. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el rango de electrolitos en
el sudor es muy amplio y varía en función del grado de aclimatación. Según Franco, Manonelles, Manuz y Villegas, la
concentración del ión sodio en el sudor oscila entre 10 y 70 mEq/L, la del ión
potasio entre 3 y 15 mEq/L, la del ión calcio entre 0,3 y 2 mEq/L y la del ión
cloruro entre 5 y 60 mEq/L. Debido a que la aclimatación mejora la capacidad
para reabsorber Na+.
Electrolitos
durante el ejercicio
La reposición de los iones tiene una jerarquía basada
en la situación clínica que puede producir la alteración de cada uno, pues la
disminución de los niveles de sodio en sangre durante los esfuerzos físicos ha
provocado situaciones de máxima gravedad e incluso el fallecimiento del
deportista.
La hiponatremia asociada a beber agua sola en ejercicios
de larga duración ha sido causa de graves patologías (desorientación, confusión
e incluso crisis epilépticas). Franco,
Manonelles, Manuz y Villegas agregan que durante este tipo de esfuerzos, el
consumo de grandes cantidades de agua pura puede ocasionar un desplazamiento de
Na+ del medio extracelular hacia el intestino, ocasionando una aceleración en
la reducción del Na+ plasmático. De hecho se han producido muertes por
encefalopatía hiponatrémica relacionadas con un elevado consumo de agua.
Cabe señalar que el el ión sodio es el único
electrolito que añadido a las bebidas consumidas durante el ejercicio proporciona
beneficios fisiológicos. Una concentración de Na+ de 20 a 50 mmol/L (460-1150 mg/L)
estimula la llegada máxima de agua y carbohidratos al intestino delgado y ayuda
a mantener el volumen de líquido extracelular. Sin embargo, las pérdidas del
ión potasio son mucho menores (4-8 mmol/L), pues asociadas a la hiperpotasemia observada
en los esfuerzos físicos intensos, hace que su reposición no sea tan necesaria
como la del ión sodio, al menos durante el tiempo que dura la ejecución del esfuerzo
indica franco, aunque sí es conveniente que se incluya en las bebidas
utilizadas para reponer las pérdidas una vez finalizada la actividad física, ya
que el potasio favorece la retención de agua en el espacio intracelular, lo que
ayuda a alcanzar la rehidratación adecuada.
Electrolitos
después del ejercicio
Aunque la reposición electrolítica, al finalizar la ejecución
de un esfuerzo, depende de numerosas circunstancias (duración, temperatura y
humedad de la zona, aclimatación, etc.) hay algunos hechos fundamentales que
pueden marcar las pautas según indican Franco, Manonelles, Manuz y Villegas:
- La ingesta de agua natural en un organismo
deshidratado por las pérdidas sudorales, tiene como consecuencia una rápida caída
de la osmolalidad plasmática y de la concentración de sodio, lo que a su vez,
reduce el impulso de beber y estimula la diuresis con consecuencias
potencialmente graves como la hiponatremia.
Por ello, la rehidratación posterior al esfuerzo físico
no se consigue de forma adecuada con agua natural. La cantidad de orina
eliminada después de un esfuerzo físico es inversamente proporcional al sodio
ingerido. Este ión es el único que ha demostrado su eficacia en estudios de
reposición de líquidos.
– En el ejercicio, durante la contracción muscular, se
produce una pérdida de K+ intracelular debido a la actividad muscular y como
resultado, hay un aumento de la concentración plasmática de este catión; tras
el ejercicio se recupera la concentración de K+ intracelular de los músculos y
los niveles plasmáticos de este ión vuelven rápidamente a sus valores basales.
No existen evidencias de que las pérdidas de este ión,
como resultado del ejercicio, sean de la suficiente magnitud como para afectar
la salud o el rendimiento del deportista. De todas maneras, hay que recordar
que el potasio ayuda a alcanzar una rehidratación adecuada (optimiza la
retención de agua), por lo que resulta positiva su inclusión en las bebidas
utilizadas después del ejercicio.
Referencia
Franco,L.
Manonelles, P. Manuz, B. Villegas, J. (2008). Consenso sobre
bebidas para el deportista composición y pautas de reposición de líquidos. Federación española de medicina del deporte.
15 (126). 145-258.
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