"La carga positiva de tu bebida"

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domingo, 22 de marzo de 2015

NECESIDADES DE ELECTROLITOS

Los dos hechos demostrados que más contribuyen al desarrollo de fatiga durante el ejercicio físico son la disminución de los hidratos de carbono almacenados en forma de glucógeno en el organismo y la aparición de deshidratación por la pérdida por el sudor de agua y electrolitos.
Debido a que el líquido que se pierde del medio interno se elimina en forma de sudor, su composición es clave para determinar las cantidades de solutos que hay que reponer. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el rango de electrolitos en el sudor es muy amplio y varía en función del grado de aclimatación. Según Franco, Manonelles, Manuz y Villegas, la concentración del ión sodio en el sudor oscila entre 10 y 70 mEq/L, la del ión potasio entre 3 y 15 mEq/L, la del ión calcio entre 0,3 y 2 mEq/L y la del ión cloruro entre 5 y 60 mEq/L. Debido a que la aclimatación mejora la capacidad para reabsorber Na+.


Electrolitos durante el ejercicio
La reposición de los iones tiene una jerarquía basada en la situación clínica que puede producir la alteración de cada uno, pues la disminución de los niveles de sodio en sangre durante los esfuerzos físicos ha provocado situaciones de máxima gravedad e incluso el fallecimiento del deportista.
La hiponatremia asociada a beber agua sola en ejercicios de larga duración ha sido causa de graves patologías (desorientación, confusión e incluso crisis epilépticas). Franco, Manonelles, Manuz y Villegas  agregan que durante este tipo de esfuerzos, el consumo de grandes cantidades de agua pura puede ocasionar un desplazamiento de Na+ del medio extracelular hacia el intestino, ocasionando una aceleración en la reducción del Na+ plasmático. De hecho se han producido muertes por encefalopatía hiponatrémica relacionadas con un elevado consumo de agua.


Cabe señalar que el el ión sodio es el único electrolito que añadido a las bebidas consumidas durante el ejercicio proporciona beneficios fisiológicos. Una concentración de Na+ de 20 a 50 mmol/L (460-1150 mg/L) estimula la llegada máxima de agua y carbohidratos al intestino delgado y ayuda a mantener el volumen de líquido extracelular. Sin embargo, las pérdidas del ión potasio son mucho menores (4-8 mmol/L), pues asociadas a la hiperpotasemia observada en los esfuerzos físicos intensos, hace que su reposición no sea tan necesaria como la del ión sodio, al menos durante el tiempo que dura la ejecución del esfuerzo indica franco, aunque sí es conveniente que se incluya en las bebidas utilizadas para reponer las pérdidas una vez finalizada la actividad física, ya que el potasio favorece la retención de agua en el espacio intracelular, lo que ayuda a alcanzar la rehidratación adecuada.
Electrolitos después del ejercicio
Aunque la reposición electrolítica, al finalizar la ejecución de un esfuerzo, depende de numerosas circunstancias (duración, temperatura y humedad de la zona, aclimatación, etc.) hay algunos hechos fundamentales que pueden marcar las pautas según indican Franco, Manonelles, Manuz y Villegas:
- La ingesta de agua natural en un organismo deshidratado por las pérdidas sudorales, tiene como consecuencia una rápida caída de la osmolalidad plasmática y de la concentración de sodio, lo que a su vez, reduce el impulso de beber y estimula la diuresis con consecuencias potencialmente graves como la hiponatremia.
Por ello, la rehidratación posterior al esfuerzo físico no se consigue de forma adecuada con agua natural. La cantidad de orina eliminada después de un esfuerzo físico es inversamente proporcional al sodio ingerido. Este ión es el único que ha demostrado su eficacia en estudios de reposición de líquidos.
– En el ejercicio, durante la contracción muscular, se produce una pérdida de K+ intracelular debido a la actividad muscular y como resultado, hay un aumento de la concentración plasmática de este catión; tras el ejercicio se recupera la concentración de K+ intracelular de los músculos y los niveles plasmáticos de este ión vuelven rápidamente a sus valores basales.
No existen evidencias de que las pérdidas de este ión, como resultado del ejercicio, sean de la suficiente magnitud como para afectar la salud o el rendimiento del deportista. De todas maneras, hay que recordar que el potasio ayuda a alcanzar una rehidratación adecuada (optimiza la retención de agua), por lo que resulta positiva su inclusión en las bebidas utilizadas después del ejercicio.


Referencia
Franco,L. Manonelles, P. Manuz, B. Villegas, J. (2008). Consenso sobre bebidas para el deportista composición y pautas de reposición de líquidos. Federación española de medicina del deporte. 15 (126). 145-258.

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